martes, 6 de diciembre de 2011

Imperios de Carlos I y Felipe II






El imperio universal de Carlos I abarca la Corona de Castilla con todos sus dominios, la Corona de Aragón con todos sus dominios, Franco Condado, Flandes, Austria con sus dominios y los derechos a ser coronado emperador del Sacro Imperio. En 1517 es coronado rey de las Coronas de Castilla y Aragón y en 1519 obtiene el título de emperador.
En su política interna se le plantean diversos problemas. En la Corona de Castilla pide el cobro de nuevos subsidios para la elección imperial y las Cortes le imponen como condición que expulse a las autoridades extranjeras y permanezca más tiempo en Castilla. El monarca tiene que partir rápidamente y las principales ciudades se rebelan. Se forman las comunidades, gobiernos municipales extraordinarios. Lo que consigue es que la alta nobleza y el alto clero se aparten de los comuneros. Éstos, la baja nobleza y la burguesía quedan moralmente hundidos y sin los recursos materiales que les hubiera proporcionado la alta nobleza. Finalmente Carlos I gana, se refuerza la alianza entre la nobleza y la burguesía y las cortes quedan prácticamente disueltas.
Otro problema que se le plantea al emperador es el de las germanías, asociaciones de gremios. Los gremios estaban armados contra un posible ataque turco. Durante aquella época había un brote de peste y la nobleza había abandonado la ciudad y huido a núcleos urbanos menos poblados. Por este motivo el pueblo aprovecha la ocasión para tomar cuentas contra la nobleza opresora. Exigen representación ante el emperador y en el gobierno municipal. Sin embargo, al final Carlos controla la situación.
En general cabe resaltar la incapacidad de Carlos al gobernar un imperio tan grande de lograr la unidad entre sus súbditos. Esto se debía principalmente al descontento general por los altos impuestos necesarios para la política imperial.
La política externa de Carlos I tiene como principal objetivo manifestar la supremacía de la dignidad imperial frente a las monarquías nacionales. Además pretende la unidad religiosa y pública en los estados componentes del imperio.
Hechos claves en su política externa son por ejemplo la lucha contra los turcos. Carlos mantiene una disputa permanente con Francia por distintos territorios. Él reclamaba la Borgoña francesa y Francisco I quería Navarra y Milán. La batalla determinante se desata en Pavía. Allí cae prisionero el rey francés y Carlos le libera con la condición de que le entregue la Borgoña y desista en su intento de conquistar Milán. Pero una vez en Francia Francisco I no cumple lo dicho. Finalmente se firma un tratado, el Tratado de Cambray en el que acuerdan que Borgoña pertenece a Francia y Milán a Carlos.
El concilio de Trento llega demasiado tarde y Carlos emprende acciones bélicas contra los protestantes alemanes. El ataque se centra sobre todo en la zona de Sajonia. Inicialmente sale victorioso y los protestantes se disponen a firmar la Dieta de Augsburgo. Pero en el último momento se alían con Francia y luchan juntos contra la Corona española. En la paz de Augsburgo (1555) Carlos firma la libertad religiosa en los estados componentes del Imperio.

En 1.556 el emperador Carlos abdicó legando a su hijo Felipe II dejandole un imperio inorgánico.El imperio hispánico de Felipe II incluye la Corona de Castilla con todos sus dominios y la Corona de Aragón con todos sus dominios. A lo largo de su reinado consigue el reino de Portugal con todos sus dominios y colonias. También le pertenecen Franco Condado y los Países Bajos.

 Felipe II modernizó y reforzó la administración de la Monarquía Hispana, apartándola de las tradiciones medievales y de las aspiraciones de dominio universal que había representado la Monarquía Católica de su padre. Los órganos de justicia y de gobierno sufrieron notables reformas, al tiempo que la corte se hacía sedentaria. Desarrolló una burocracia centralizada, sobre la cual ejercía una supervisión directa y personal de los asuntos. La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimió duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas. En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana.

Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico. Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político y religioso generado en los Países Bajos. Ninguno de los sucesivos gobernadores pudieron impedir que la rebelión se asentara y llevara finalmente en el siglo XVII  a la independencia de las Provincias Unidas

Uno de sus mayores triunfos fue conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar, tras morir sin descendencia el rey portugués Sebastián.



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