jueves, 17 de mayo de 2012

Comentario "Falsas democracias"


Cae Ben Ali en Túnez (una dictadura ‘tuneada’ con adornos de falsa democracia), por la presión de la calle. La insurrección contra el alza de los precios se inició con un joven vendedor ambulante que se inmoló a lo bonzo por el atropello de un policía que le confiscó el carrito de verduras con el que se ganaba la vida. Así se desatan las más inesperadas transformaciones del mundo, con pequeños efectos mariposa de inocente apariencia. Acaba de iniciarse un nuevo formato de revolución a la tunecina, que en este umbral de la segunda década del siglo XXI amenaza extenderse por todo el Magreb, aquí al lado nuestro, incluidos Marruecos y Mauritania.
 
El ancho espacio geográfico de las dictaduras familiares árabes (falsas democracias) apadrinadas por Occidente (Túnez, Egipto, Argelia, Libia, Jordania, Yemen…) se tambalea bajo el seísmo de la insurgencia popular, que se vale de Facebook, Twiter, You Tube y el inseparable teléfono móvil, vehículos de un poder insospechado cada vez que son colgadas las imágenes de la represión. En Canarias somos testigos privilegiados (y pasivos, por suerte) de este proceso de violencia política. Nos salpican los desmanes de Marruecos con la población saharaui, porque desde la frustrada descolonización de mediados de los 70 hemos conservado lazos de simpatía con el pueblo invadido, y, sin embargo, mantenemos puentes de buena vecindad con el reino alauí.
 
Nos inquieta lo que pueda pasar tan cerca de nosotros, a menos de cien kilómetros. Sabemos que viene creciendo una ola de contestación social por la crisis (el alza de los precios de primera necesidad), una corrupción enquistada durante decenios, la restricción de libertades y la desigualdad social. Hasta nos incomoda, diría, la desidia de las potencias para prevenir y reconducir los problemas africanos, y evitar este estallido social, que en cierta forma es un aviso a navegantes a la soberbia Europa de ‘La France’ y la gran Germania. Somos, estas islitas acodadas al margen occidental de África, una pequeña voz de alerta al mundo occidental que sale de una profunda crisis, ante el riesgo de que el volcán árabe nos haga añicos todo atisbo de recuperación económica y de estabilidad social y política.
 
También a nosotros, europeos vecinos de África, nos va nuestro futuro en el desenlace de este nuevo conflicto. Parecían regímenes intocables. Europa y el Tío Sam han otorgado a estos gobiernos abusivos el derecho a saquear y adueñarse de los bienes de sus países durante generaciones, sin temor a ser fiscalizados desde fuera ni condenados por sus tropelías. El caso más reciente fue el asedio marroquí contra los saharauis en El Aaiún en noviembre sin la más leve represalia europea. Son gobiernos con vocación hereditaria que aspiran a perpetuarse familiarmente, como el de Rabat, y como el de Egipto y Libia, cuyos líderes, Mubarak y Gadafi, designan al sucesor descendiente. Estas revueltas son de nueva concepción, no parten de las organizaciones políticas convencionales, sino de sectores estudiantiles duchos en el uso de un arma poderosa: las nuevas tecnologías de la comunicación. Ahora, las protestas civiles contra los jerarcas del norte caliente de África se extienden a Jordania, Sudán y Arabia Saudí. Era impensable hace semanas que esos estados bajo el yugo de clanes invulnerables se desequilibraran ante el desafío de la calle viendo las barbas del vecino arder. Túnez y Egipto, dos destinos turísticos de primer orden, competencia directa de la africana Canarias adoptiva de Europa, viven horas de tensión por la subida de la cesta de la compra, que recuerda las revueltas del pan. Túnez era la finca privada de Ben Ali (23 años en el poder tras la era de Bourguiba, el padre de la democracia) y su insaciable esposa, una expeluquera que le dio el único hijo varón de dos matrimonios, que con cinco años ha sido hasta su fuga el entretenimiento favorito de un mandatario despreocupado y enfermo de la próstata.
 
Ben Ali no pudo resistir el pulso de la calle, este último mes de manifestaciones públicas con decenas de muertos, y su huida hacia delante, con la destitución del gobierno, la liberación de detenidos y la promesa de elecciones, no bastó, por lo que la huida se tornó real y dejó este viernes por aire el país abandonándolo a su suerte, como un cobarde acorralado, ante la negativa del ejército a un baño de sangre. La ‘Regenta’, como apodaban a la codiciosa primera dama, se ha quedado con las ganas de suceder al marido en el poder. Cabe averiguar qué ha sido de la fortuna familiar, cuál es su paradero. Este caos callejero en el Magreb comenzó, como ya se indicó, hace dos meses en El Aaiún, cuando los furiosos gendarmes de Mohamed VI desmantelaron salvajemente un campamento de 20.000 saharauis que, por esa vez, no pedían independencia, sino mejoras sociales (vivienda, empleo…).Las persecuciones arbitrarias de todo saharaui de la capital de la antigua colonia española, que siguieron al desalojo de las jaimas, cuyo balance de muertos, heridos y presos continúa siendo un misterio, ante la opacidad informativa impuesta por el régimen, sentaron, por lo que se ve, un peligroso precedente en toda la zona. Marruecos quedó marcada como una dictadura en la práctica, que viola los derechos humanos. Tanto España como Francia y el conjunto de la UE (que otorgó poco después ventajas agrícolas a Rabat y consolidó el estatuto avanzado de socio proferente al reino alauí), así como los Estados Unidos respaldaron, de facto, la versión marroquí de que no había pasado nada. Miraron para otro lado.
 
Los sucesos de Túnez obligan a mirar para donde hay que mirar: allí donde los gobiernos abusan de los ciudadanos hasta el día en que una gota colma el vaso y un vendedor ambulante se quema delante de una sede oficial porque le prohíben vender verduras. En estos momentos, la estabilidad política del Magreb, con la crispación popular de Argelia a imitación de Túnez y la extensión de la marea social a otros países del área, corre peligro. Durante la década de los años 10 de este siglo, las potencias avalaron a estas autocracias africanas amigas, con el pretexto de que eran útiles parachoques del fundamentalismo islamista y de la inmigración irregular. Ese argumento se ha caído por su propio peso. Al Qaeda en el Magreb opera y cobra los rescates que le pagan países como España o liquida a los rehenes cuando sus estados les atacan, como en el caso de Francia. La revolución de los jóvenes magrebíes, que ya ha tumbado al primer león de esta fauna corrupta, es un hito en la historia reciente de África. Estamos asistiendo al comienzo de un fenómeno imprevisto, cuyas armas son la movilización con ayuda de las redes sociales. Los primeros inmigrantes políticos comienzan a llegar a Canarias, donde este mes arribó una patera a Fuerteventura con sahararuis que escaparon de la persecución marroquí. Cinco de ellos, al menos, han conseguido que se les admita a trámite la solicitud de asilo.

"Bienvenido, Mister Marshall"


Bienvenido Mister Marshall (1953), es uno de los momentos cumbre de la historia de la cinematografía hispana. En opinión de muchos son los 75 minutos más importantes del cine español.  La película tuvo una gran acogida en el Festival de Cannes de 1953, donde recibió, entre otros, el premio del Sindicato Nacional del Espectáculo, el premio a la Mejor Película de Humor, y una mención especial al guión de la FIPRESCI (Federación Internacional de Críticos Cinematográficos). Fueron muchos quienes elogiaron a Luis García Berlanga como coautor de tan significativo trabajo, del que algunos dijeron que era el primer filme español con categoría internacional.
Don Pablo (interpretado por un magnífico José Isbert), alcalde de Villar del Río, recibe de sus superiores la notificación de que una delegación americana visitará su pueblo, dispuesta a satisfacer sus necesidades más perentorias. Para ello será preciso una calurosa acogida. Con la ayuda de un avispado representante artístico, y de la cantante Carmen Vargas, el pueblo se afana en diversas actividades destinadas a causar buena impresión a los visitantes. La ansiedad sentida por los campesinos contrasta con el recelo de las fuerzas vivas, para quienes los americanos representan un peligro. Los visitantes de Villar del Rio recrean sobre la almohada sus temores y sus deseos, registrando una lista de peticiones personales que harán sus supuestos benefactores. Cuando todo está preparado, el pueblo embellecido, los lugareños acicalados, la banda de múscia lista, y llega el gran día, los americanos pasan de largo.
Desde la simplicidad que su argumento presupone, la película de Berlanga y Bardem es una mordaz crítica contra el gobierno norteamericano de mediados del siglo pasado. Además, muestra también las características esenciales de la España de entonces, dominada por el régimen franquista. Los personajes diseñados por ambos, representan todos los estereotipos de aquella época, por un lado el poder, representado por el alcalde, el cura y las fuerzas vivas (boticario, hidalgo, comerciantes, maestra), y por otro el pueblo (casi todos agricultores y ganaderos). Desde el punto de vista social se ha captado la idiosincrasia; el hecho de que el alcalde esté algo sordo no es casual, el miedo al Delegado tampoco, que el cura sea algo cotilla, que la maestra esté soltera y necesite la ayuda del listillo de la clase… El papel subordinado de la mujer se refleja en su poca presencia, y la escasa intervención que por ejemplo tiene la tonadillera.
Berlanga critica, además del evidente hecho de que los integrantes del pueblo de Villar del Río quieran aparentar algo que no son, que el cine de “la españolada” muestre unas características tan estereotípicas de este país que además de reduccionistas, se presentan como distracciones de una realidad social nada armónica. CIFESA, se interesaba por entretener más que por reflejar la realidad española de su momento. Así como el pueblo de Villar del Río se disfrazaba para complacer y engañar a los americanos, así CIFESA disfrazaba la realidad social para complacer y engañar a los espectadores de la época, desviando la atención de los problemas reales. De este modo, en Bienvenido encontramos muchos elementos esperpénticos, que lo que hacen, además de parodiar y criticar la tradición española, es proyectar esa vida miserable de España de la que tanto habló Valle-Inclán, pues Berlanga no escatima en gastos para evidenciar no sólo el atraso y la pobreza de Villar del Río sino la mentalidad de sus habitantes. En efecto: “el delegado viene a decir que se disfracen para celebrar la generosidad del plan Marshall, para mostrar su alegría, pero, y ahí está el posible juego agridulce, el pueblo entiende y asume que en realidad lo hacen para ocultar la realidad de su miseria”.

Sección femenina de Falange


La Sección Femenina fue constituida en 1934 como la rama femenina del partido político Falange Española (luego, durante el Franquismo, la FET de las JONS) y se disolvió en 1977, tras la muerte del General Franco y la consiguiente liquidación de su régimen. Fue dirigida desde su constitución hasta su liquidación por Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermana deJosé Antonio, el fundador de Falange. Impregnada su Jefa Nacional de un ferviente catolicismo, la Sección Femenina adoptó las figuras de Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús como modelos de conducta y símbolos de su acción. 
Durante la Segunda República española, las militantes de la Sección Femenina realizaron tareas de apoyo a la militancia masculina del partido, especialmente visitas a los presos del partido y a sus familias, así como tareas de enlace entre los presos y la calle (mensajes, consignas, etc.).

Durante la Guerra Civil española se dedicaron a prestar apoyo a las familias de los caídos del bando nacional en la lucha, además de sus tareas anteriores en la retaguardia republicana, y fueron progresivamente adquiriendo protagonismo en la retaguardia de las poblaciones conquistadas por los sublevados, organizando espontáneamente la asistencia básica a la población (ranchos de comida para los niños, ropa, sanidad, reparto de cartillas de racionamiento...), en competencia velada con el Auxilio de Invierno creado para estas funciones por Mercedes Sanz Bachiller. Su confirmación institucional les llegó en 1937, cuando el General Franco les entregó el control exclusivo del recién creado Servicio Social de la Mujer, émulo fascista del Servicio Militar masculino y, como éste obligatorio.
En los primeros años del franquismo se consolidó su papel institucional, al serles encomendado el Auxilio Social (heredero del Auxilio de Invierno) y sobre todo, el control exclusivo de la formación femenina, centrada sobre todo en la instrucción de las jóvenes para ser buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas.
Franco les llegó a ceder un Monumento Nacional, el Castillo de la Mota de Medina del Campo (Valladolid), como sede central de la Sección Femenina.

sábado, 17 de marzo de 2012

Comentario Crisis Española

La crisis de nuestro sector inmobiliario era mucho más profunda de lo que se pensaba inicialmente, y sólo con medidas drásticas y definitivas es como podrá conseguirse que España pueda de nuevo iniciar el camino de la recuperación económica.
No se trata aquí de buscar culpables y responsables a esta crisis financiera-inmobiliaria, pues todos los operadores económicos que han actuado en este ámbito han tenido una parte de responsabilidad, incluidos los consumidores, que se vieron arrastrados por un sistema económico en donde el sector inmobiliario y el aumento del valor de los inmuebles constituía una ilusión y una burbuja ficticia en la que casi todo el mundo (bancos, empresas del sector, gobiernos y consumidores) acabaron creyendo.
Una vez analizadas con acierto por muchos economistas y expertos las causas de esta profunda crisis, se trata ahora de adoptar medidas que puedan ya considerarse definitivas, después de dos años de distintos ensayos, donde existen dos elementos que me parece que deben destacarse en el nuevo sistema financiero que se ha comenzado a vislumbrar: el final de las cajas de ahorros, y la asunción por todo el sistema (bancos, empresas del sector, gobiernos y consumidores) del coste de poner en su verdadero valor al sector inmobiliario.

El sistema financiero necesita de nuevo conseguir la liquidez que permita a las empresas y a los consumidores inyectar decenas de miles de millones de euros en el sistema, en forma de inversión y de adquisición de bienes, y para ello es absolutamente imprescindible que termine por digerirse la factura de la crisis inmobiliaria.
Esta vez debe ser la definitiva, y esperemos y deseemos que las medidas adoptadas sean acertadas y consigan este objetivo
En cuanto a las cajas de ahorros, aunque se ha perdido una oportunidad para que los Gobiernos estatal y autonómicos hubieran podido recaudar muchas decenas de miles de euros si la conversión de cajas en bancos se hubiera hecho de modo más inteligente, sin embargo debe reconocerse que las cajas no podían continuar funcionando con la falta de transparencia y de control que les han conducido al desastre en la gestión de muchas de ellas.
Su conversión en bancos será una oportunidad para que todo el sistema financiero pueda gestionarse con criterios de eficiencia.
Pero es absolutamente imprescindible instaurar códigos de buen gobierno y mecanismos de control y regulación y, al mismo tiempo, ante la concentración de todo el sistema financiero en 4 ó 5 grandes grupos, resulta también muy necesario aplicar la legislación española y europea antimonopolio.
Es muy probable que el nuevo sistema financiero acabe siendo mucho más eficiente que el que hemos tenido en los últimos 20 años, pero sólo se conseguirá este objetivo si los mecanismos de regulación son realmente eficaces.
Por ello, el papel de los organismos de control (autoridades comunitarias, Ministerio de Economía y Banco de España) es hoy determinante, y del modo en que éstos funcionen en el futuro dependerá que puedan preverse y evitarse futuras crisis como la que venimos padeciendo en estos últimos años.
Puede que necesitemos menos gobierno en cuanto al peso de lo público en el PIB, pero es imprescindible un mejor gobierno en la regulación de los mercados, lo que en el fondo paradójicamente debe suponer un reforzamiento de lo público y de los valores democráticos de nuestra Constitución económica española y europea.

Comentario Fraude Electoral

El fraude electoral es la intervención deliberada en un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales. Existen diversas técnicas practicadas para ejecutarlo, a continuación se mencionan algunas: Suplantación del elector, consiste en que otra persona vota en lugar del elector, por ejemplo, personas que han fallecido. Coacción al elector para impedirle que libremente elija el candidato o una opción propuesta.Robo de ánforas o paquetes electorales antes de que sean debidamente computados .Adulteración de las actas de la elección modificando los números de sus resultados reales.de paquetes electorales, actas, etc .Introducción de fajos de boletas previamente votadas en la urnas para inflar la votación de una candidatura, partido u opción electoral.(técnica conocida también como embarazo de urnas)Caída de los sistemas de cómputo en red para confundir a la opinión pública y manipular los resultados electrónicamente .Utilización de recursos ilícitos para aumentar el gasto de campaña y obtener ventaja ilegal en la publicidad. Complicidad con funcionarios de los procesos electorales para ocultar las evidencias del Fraude electoral .Intervención del Gobierno, para favorecer a un candidato, partido o propuesta electoral, mediante propaganda maliciosa o ejecución de obras concretas ofrecidas por el candidato o partido al que se quiere favorecer de manera fraudulenta. Control de los medios de comunicación para confundir y engañar a los electores haciéndolos creer que el resultado fraudulento es legítimo. Uso de la fuerza pública contra los inconformes .Manipulación de los sistemas de cómputo. Soborno de las personas que cuentan los votos .Voto cadena. Permite la compra de votos, el primero que entra a votar, pone otro sobre (no el autorizado, sino uno cualquiera) probablemente ese voto quedará impugnado, pero se lleva consigo el sobre válido. Luego introduce en él una boleta de su partido y lo cierra bien, luego puede organizar una cadena de votos asegurándose que son a su favor, aunque haya cuarto oscuro. A cada persona, le ofrece alguna recompensa, si trae el sobre vacío a cambio de llevarse el sobre lleno. De utilización frecuente en zonas de bajos recursos donde punteros políticos organizan la cadena.

Comentario La Desamortización

La desamortización española fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado a finales del siglo XVIII por Godoy (1798) y cerrado ya muy entrado el siglo XX (16 de diciembre de 1924).
Consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar, en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia Católica o las órdenes religiosas que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos. También los llamados baldíos y tierras comunales de los municipios. En otros países sucedió un fenómeno de características más o menos similares. Su finalidad fue acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. Además, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar los títulos de deuda pública.
La desamortización se convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevoEstado liberal durante la primera mitad del siglo XIX.
Fue realizada en los reinados de Carlos III y Carlos IV entre 1766 y 1808. Se incluye la desamortización de Godoy y el ministro Miguel Cayetano Soler entre 1798 y 1808. Fue iniciada en 1798 cuando Carlos IV obtuvo permiso de la Santa Sede para expropiar los bienes de los jesuitas y de obras pías que en conjunto venían a ser una sexta parte de los bienes eclesiásticos. En ella se desamortizaron bienes de la Compañía de Jesús, de hospitales, hospicios, Casas de Misericordia y de Colegios Mayores universitarios e incluía también bienes no explotados de particulares
José I Bonaparte realizó también una pequeña desamortización que no implicó la supresión de la propiedad, sino la confiscación de sus rentas para el avituallamiento y gastos de guerra de las tropas francesas, de forma que se devolvieron en 1814
Durante el Trienio liberal (1820–1823) se llevaron a cabo otras desamortizaciones tan poco ambiciosas como esta e igualmente deshechas tras la caída del régimen liberal. Las realmente importantes fueron, sobre todo, las de Juan Álvarez Mendizábal y Pascual Madoz.
La de Mendizábal, ministro de la regente María Cristina de Borbón, en 1836, tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia social de España, aunque sus resultados fueron relativamente pobres.
Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios pero pagables, en cambio, por las oligarquías muy adineradas que podían comprar tanto grandes lotes como pequeños.
Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacase al país de su marasmo
Los terrenos desamortizados por el gobierno fueron únicamente eclesiásticos, principalmente aquellos que habían caído en desuso. A pesar de que expropiaron gran parte de las propiedades de la Iglesia, esta no recibió ninguna compensación a cambio. Por esto la Iglesia tomó la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar directamente las tierras y lo hicieron a través de intermediarios o testaferros.1
El 2 de septiembre de 1841 el recién nombrado regente,  Espartero, impuso la desamortización de bienes del clero secular, proyecto que elaboró Pedro Surra Rull. Esta ley durará escasamente tres años y al hundirse el partido progresista la ley fue derogada.
En 1845, durante la Década Moderada, el Gobierno intentó restablecer las relaciones con la Iglesia, lo que lleva a la firma de el Concordato de 1851.
Consecuencias
Sociales
Si generalizáramos y dividiéramos España en una zona sur con predominio del latifundismo y una franja norte en la cual existe una mayoría de explotaciones rurales medias y pequeñas, podríamos concluir, de acuerdo con los trabajos de Richard Herr, que el resultado de la desamortización fue concentrar la propiedad en cada región en proporción al grado existente previamente, por lo que no se produjo un cambio radical en la estructura de la propiedad.Las parcelas pequeñas que se subastaron fueron compradas por los habitantes de localidades próximas, mientras que las de mayor tamaño las adquirieron personas más ricas que vivían generalmente en ciudades a mayor distancia de la propiedad.3
En la zona meridional de predominio latifundista, no existían pequeños agricultores que tuvieran recursos económicos suficientes para pujar en las subastas de grandes propiedades, con lo cual se reforzó el latifundismo. Sin embargo esto no ocurrió en términos generales en la franja norte del país.
Otra cuestión diferente es la privatización de los bienes comunales que pertenecían a los municipios. Muchos campesinos se vieron afectados al verse privados de unos recursos que contribuían a su subsistencia por lo cual se acentuó la tendencia emigratoria de la población rural que se dirigió a zonas industrializadas del país o a América. Este fenómeno migratorio alcanzó niveles muy altos a finales del siglo XIX y principios del XX.

Economicas

Saneamiento de la hacienda pública que ingresó más de 14.000 millones de reales procedentes de las subastas.

Se produjo un aumento de la superficie cultivada y de la productividad agrícola; asimismo se mejoraron y especializaron los cultivos gracias a nuevas inversiones de los propietarios. En Andalucía, por ejemplo, se extendió considerablemente el olivar y la vid. Todo ello sin embargo influyó negativamente en el aumento de la deforestación.

La mayoría de los pueblos sufrieron un revés económico que afectó negativamente a la economía de subsistencia, pues las tierras comunales que eran utilizadas fundamentalmente para pastos pasaron a manos privadas.
Culturales

Muchos cuadros y libros de monasterios fueron vendidos a precios bajos y acabaron en otros países, aunque gran parte de los libros fueron a engrosar los fondos de las bibliotecas públicas o universidades, aunque muchos fueron a para a manos particulares, que sin tener noción del valor real de los mismos, se perdieron para siempre. Quedaron abandonados numerosos edificios de interés artístico, como iglesias y monasterios, con la subsecuente ruina de los mismos, pero otros en cambio se transformaron en edificios públicos y fueron conservados para museos u otras instituciones.
Políticas e ideológicas

Uno de los objetivos de la desamortización fue permitir la consolidación del régimen liberal y que todos aquellos que compraran tierras formaran una nueva clase de pequeños y medianos propietarios adictos al régimen. Sin embargo no se consiguió este objetivo, al adquirir la mayor parte de las tierras desamortizadas, particularmente en el sur de España, los grandes propietarios, como ya se ha comentado.

Comentario del "Diezmo"

El diezmo es un impuesto  del diez por ciento (la décima parte de todas las ganancias) que se debía pagar a un rey, gobernante, o líder eclesiástico.
 Por lo que se refiere a España, la obligatoriedad del diezmo se introdujo a través de Aragón y Cataluña, regiones fronterizas con el Imperio carolingio. El pago del tributo se realizaba en especie y representaba un décimo de los frutos de la agricultura o ganadería obtenidos por el creyente. Existían dos categorías de diezmos: el mayor, que se aplicaba sobre los productos generales, como los cereales, vinos, aceites, vacas, ovejas, etc., y el menor, que comprendía los bienes más específicos: aves de corral, legumbres, hortalizas, miel, etc.
Los ingresos obtenidos eran recogidos por el “colector” y entregados a los párrocos, abades y obispos. Para facilitar este proceso los vecinos podían nombrar a un “dezmero”, que iba retirando los productos de las casas de los contribuyentes.

En ocasiones, la recaudación perdía su sentido originario al ser percibida por los señores feudales, como consecuencia de ser patronos de un monasterio o iglesia o de haber comprado los derechos recaudatorios a la Iglesia. Los diezmos se distribuían por tercios en función de su destino, un tercio se dedicaba a la construcción de iglesias, otro a sufragar los gastos del personal eclesiástico y, el último, a cubrir las necesidades capitulares. A pesar del nombre, el tipo aplicado variaba según los objetos gravados y las regiones, por lo que no siempre alcanzaba el diez por ciento. Tampoco se extendía a la totalidad de los productos agrícolas y ganaderos, lo que originó distorsiones del mercado al ampliarse de manera desmesurada los cultivos o la crianza de animales exentos de gravamen. El castigo más eficaz para evitar el fraude fue la excomunión, que no se levantaba hasta que el contribuyente pagara la totalidad de las cantidades debidas.
 En la Edad Media, los reyes consiguieron una participación en la recaudación de los diezmos de la Iglesia. El Rey Fernando III propuso al papa Inocencio IV la posibilidad de que la Hacienda Real obtuviese el tercio del diezmo que se destinaba a la construcción de las iglesias, con la finalidad de atender los gastos militares del asedio de Sevilla. Conseguida esta primera participación, que alcanzó las dos novenas partes del diezmo, la autorización pontificia fue renovándose, hasta convertirse en 1494 en un recurso permanente del Estado, conocido con el nombre de “tercias reales”.
 Felipe II de España consiguió otra nueva concesión, el "excusado", que consistía en reservar al monarca los rendimientos del diezmo obtenido por el mayor “dezmero” de cada parroquia. En este caso, los motivos de la participación eran los costes que suponían para la corona las guerras contra los infieles y los herejes.
 En 1837 se acordó la supresión de los diezmos en España, pero las necesidades de recursos para la Primera Guerra Carlista, obligaron a diferir la efectividad de la medida hasta la conclusión del conflicto. En 1841 nació la contribución de culto y clero que supuso, que el impuesto siguiese incidiendo aunque fuese con otro nombre.
 En la América dominada por el Imperio Español, debido a los acuerdos del Patronato Regio, el diezmo era cobrado directamente por los funcionarios civiles de la Corona, a condición que ésta se encargara de erigir, dotar y mantener las iglesias y parroquias y otras obras de la Iglesia Católica. Este impuesto, correspondiente al 10 por ciento aproximado de los ingresos anuales, era cobrado a hacendados y propietarios de inmuebles rurales. Al advenir la época de la Independencia, en el siglo XIX, los gobiernos de las nuevas repúblicas suprimieron paulatinamente este impuesto, considerado molesto por los terratenientes criollos.




Mapa de las divisiones administrativas antes de J.Burgos





Algunas de estas provincias aparecen por primera vez, como las de Almería y Málaga (desgajadas del tradicional Reino de Granada), Huelva (del Reino de Sevilla), Calatayud o Logroño, y otras aparecen con nombre nuevo como Murcia o las Provincias Vascongadas.
Este proyecto hace pocas concesiones a la historia, y se rige por criterios de población, extensión y coherencia geográfica. Hay una voluntad de superar los nombres históricos, prefiriéndose los de las ciudades capitales. Tampoco se respetan los límites tradicionales de las provincias, configurando un mapa nuevo. Se eliminan los enclaves de unas provincias en otras, si pertenecen a distintos reinos, pero se conservan muchos enclaves cuando se hallan dentro del mismo. Este proyecto generó intensos debates por el número de provincias y la capitalidad, pero no dejaron de ser cuestiones menores.
En 1822 se restablecieron los intendentes provinciales como delegados de Hacienda. Pero la caída del gobierno liberal y la restauración del absolutismo dio al traste con el proyecto. En 1823 se restablecen las provincias del Antiguo Régimen por lo que el plan de 1822 nunca llegó a entrar en vigor.

Mapa de las divisiones administrativas después de J.Burgos


Inmediatamente después de la muerte de Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, la regente María Cristina de Borbón trató de llegar a un acuerdo con los partidarios de don Carlos María Isidro sin perder el apoyo, al otro lado, de los liberales. Esa fue la misión que le confió a Francisco Cea Bermúdez, líder de un gobierno que duró apenas tres meses. Sin embargo, aunque los esfuerzos por atraerse a los carlistas fueron vanos, su gobierno emprendió una reforma de gran envergadura, que sigue estando vigente en España más de siglo y medio después: la división de España en provincias.
Mediante una simple circular en noviembre de 1833 , su secretario de estado de Fomento, Javier de Burgos, creó un estado centralizado dividido en 49 provincias. Las provincias recibieron el nombre de sus capitales (excepto cinco de ellas, que conservaron sus antiguas denominaciones: Asturias,con capital en Oviedo,Navarra, con capital en Pamplona, Álava con Vitoria, Guipúzcoa con San Sebastián y Vizcaya con Bilbao)
El proyecto de Javier de Burgos es prácticamente el mismo que el de 1822, pero sin las provincias de Calatayud, Vierzo y Játiva; además, otras provincias cambian de nombre al cambiar de capital.